Luego de dos meses, el condado de Miami-Dade ha visto la disminución de casos de COVID-19 y de hospitalizaciones.
La disminución ha sido sustancial. De 3.037 contagios nuevos el 28 de julio en Miami-Dade, el 20 de agosto reportaron 1.069. Mientras tanto, las hospitalizaciones han disminuido, de 2.171 a 1.219.
Además, Miami-Dade reporta un índice diario de pruebas y positivos inferior al recomendado, de 9.6%. Sin embargo, el índice de 14 días continúa alto, por encima del 10% recomendado por el CDC, cerca del 12%, luego de alcanzar el 20% hace un mes e incluso en 28%.
Por esto, médicos, especialistas e incluso políticos coinciden en la opinión de que no se debe apresurar a reabrir antes de tiempo.
«Cuanto más bajo podamos tener esos números en este momento, menor será otro aumento», señaló el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez.
«Debemos ser cautelosos, y créanme que sí, que quiero reabrir la economía tan rápido como cualquier otra persona. Sé que la gente está sufriendo, pero no queremos apresurarnos en algo y luego, de repente, vemos en una situación peor», destacó. «Es una situación complicada, es delicada».
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Es por eso que las órdenes de usar mascarillas en lugares públicos, el cierre de bares y comedores de restaurantes permanecerán vigentes, al igual que el toque de queda de 10 p.m. a 6 a.m., lo cual se hace para evitar aglomeraciones de personas y fiestas.
Redacción de Al Día en Miami y fuente: Diario Las Américas